[Entrada original publicada el 05 de Junio de 2016 en elyogurlado.es]
Los diagnósticos raros eran un habitual en los casos de SAT que nos entraban a diario. No todo iba a ser el típico formateo. Tenías reparaciones que a puro de repetirse te conocías como el salón de tu casa y otras con las que podías pegarte una semana para acabar siendo la mayor chorrada conocida (o no).
Si seguías ciertos procedimientos, se podía evitar marearte durante días por algún cabo suelto. Y este es el caso de uno de los diagnósticos más raros que llegué a dar en el servicio técnico y que por suerte identifiqué en unos minutos.
En verano de 2011 nos entró un PC que no arrancaba. Nada extraño hasta aquí. El cliente indica que oyó un chasquido y después se apagó. Un elemento electrónico sin duda había pasado a mejor vida. Un vistazo rápido a los condensadores de la placa base y al ver todo en orden nos quedamos el PC para revisar.
Como ya anticipé el diagnóstico fue tan rápido como extraño. Rápido porque en estos casos de «sospechas eléctricas» mi primera decisión tras probar la integridad de la fuente de alimentación y desconectar todo elemento periférico, era aislar la placa base del resto del PC y al levantarla descubrí el problema: un bug.
En el sentido estricto de la palabra. Un bug. Un bicho se había metido detrás del core y había provocado un cortocircuito a la placa base a lo Michael Scofield en el final break.
La cara del cliente cuando se lo conté era digna de foto. Aunque pudo presenciar con sus propios ojos cómo el desafortunado insecto estaba pegado a la placa base y cómo hubo que rascar para que abandonase esa posición
La placa irrecuperable. Cambio de placa y micro y solucionado el más extraño de los bugs. Uno que ni el mejor desarrollador sería capaz de parchear.
Como curiosidad, a una historia parecida a ésta se le atribuye el origen de referirse con la palabra «Bug» a los errores informáticos, cuando en la época en la que los ordenadores contaban con grandes relés electromagnéticos, un insecto provocó el atasco de uno de ellos en el Mark III creado en Harvard. Y digo que se le atribuye porque también se dice que ya Edison se refería a los fallos e interferencias radiofónicos con la palabra «Bug».
Saludos e intentad no romper muchas cosas.